Salobreña vista desde el cortijo "Mi pae"

RECURSOS




Mahatma Gandhi a sus discípulos

Humildemente me esforzaré

en amar,

en decir la verdad,

en ser honesto y puro,

en no poseer nada que no me sea necesario,

en ganarme el sueldo con el trabajo,

en estar atento siempre a lo que como y bebo,

en no tener nunca miedo,

en respetar las creencias de los demás,

en buscar siempre lo mejor para todos,

en ser un hermano para todos mis hermanos.

Mahatma Gandhi









Oración por la paz de Juan Pablo II



Dios de infinita misericordia y bondad,

con corazón agradecido te invocamos hoy en esta

tierra que en otros tiempos

recorrió San Pablo.

Proclamó a las naciones la verdad de que en

Cristo Dios reconcilió al mundo consigo. Que tu

voz resuene en el corazón

de todos los hombres y mujeres,

cuando los llames a seguir

el camino de reconciliación y paz,

y a ser misericordiosos como tú.

Señor, tú diriges palabras de paz

a tu pueblo y a todos

los que se convierten a ti de corazón.

Te pedimos por los pueblos de

Oriente Próximo.

Ayúdales a derribar las barreras

de la hostilidad y de la división

y a construir juntos un mundo

de justicia y solidaridad.

Señor, tú creas cielos nuevos

y una tierra nueva.

Te encomendamos a los jóvenes

de estas tierras.

En su corazón aspiran

a un futuro más luminoso;

fortalece sus decisión de ser hombres

y mujeres de paz y heraldos

de una nueva esperanza para sus pueblos.

Padre, tú haces germinar

la justicia en la tierra.

Te pedimos por las autoridades civiles

de esta región,

para que se esfuercen por satisfacer

las justas aspiraciones de sus pueblos

y eduquen a los jóvenes

en la justicia y en la paz.

Impúlsalos a trabajar generosamente

por el bien común y a respetar

la dignidad inalienable de toda persona

y los derechos fundamentales que derivan de la

imagen y semejanza del Creador

impresa en todo ser humano.

Te pedimos de modo especial

por la autoridades de

esta noble tierra de Siria.

Concédeles sabiduría, clarividencia

y perseverancia;

no permitas que se desanimen

en su ardua tarea de construir

la paz duradera,

que anhelan todos los pueblos.

Padre celestial, en este lugar

donde se produjo la conversión

del apóstol San Pablo,

te pedimos por todos los que creen

en el evangelio de Jesucristo.

Guía sus pasos en la verdad y en el amor.

Haz que sean uno, como tú eres uno

con el Hijo y el Espíritu Santo.

Que testimonien la paz que supera todo

conocimiento y la luz que triunfa

sobre las tinieblas de la hostilidad,

del pecado y de la muerte.

Señor del cielo y de la tierra,

Creador de la única familia humana,

te pedimos por los seguidores

de todas las religiones.

Que busquen tu voluntad en la oración

y en la pureza del corazón,

y te adoren y glorifiquen tu santo nombre.

Ayúdales a encontrar en ti la fuerza

para superar el miedo y la desconfianza, para que

crezca la amistad

y vivan juntos en armonía.

Padre misericordioso,

que todos los creyentes encuentren

la valentía de perdonarse unos a otros,

a fin de que se curen las heridas del pasado y no

sean un pretexto

para nuevos sufrimientos en el presente.

Concédenos que esto se realice

obre todo en Tierra Santa,

esta tierra que bendijiste

con tantos signos de tu Providencia

y donde te revelaste como Dios de amor.

A la Madre de Jesús,

la bienaventurada siempre Virgen María,

le encomendamos a los hombres

y a las mujeres que viven en la tierra

donde vivió Jesús.

Que, al seguir su ejemplo,

escuchen la palabra de Dios

y tengan respeto y compasión

por lo demás, especialmente

por los que son diversos de ellos.

Que, con un solo corazón y una sola mente,

trabajen para que todo el mundo sea

una verdadera casa para todos sus pueblos.

¡ Paz! ¡Paz! ¡Paz!

Amén.













Señor, haz de mí un instrumento de tu Paz:



Donde hay odio, que yo lleve el Amor.

Donde hay ofensa, que yo lleve el Perdón.

Donde hay discordia, que yo lleve la Unión.

Donde hay violencia, que yo lleve la No-violencia (1).

Donde hay duda, que yo lleve la Fe.

Donde hay error, que yo lleve la Verdad.

Donde hay desesperación, que yo lleve la Esperanza.

Donde hay tristeza, que yo lleve la Alegría.

Donde hay tinieblas, que yo lleve la Luz.

Maestro, haz que no busque:

Ser consolado, sino consolar.

Ser comprendido, sino comprender.

Ser amado, sino amar.

Porque es:

Dando, como se recibe.

Perdonando, como se es perdonado.

Muriendo, como se resucita a la Vida Eterna.



Francisco de Asis